Más de la mitad de los presos consumen drogas en las cárceles
españolas. La falta de actividades de ocio que tienen los presos, sumado al
estado de ansiedad en el que se encuentran suele conducirles al consumo de
drogas de cualquier tipo como forma de evasión. Muchas de las personas que
entran en la cárcel tienen un contacto con la droga anterior al internamiento
pero al encontrarse sin nada después de haber perdido sus motivaciones, metas y
expectativas de futuro caen en la drogadicción y a su vez en un ambiente de
ilegalidad (aún dentro de la cárcel) del que raramente consiguen salir. La
cifra de la población reclusa drogodependiente es del 54% y el tipo de drogas
que toman va desde benzodiacepinas (tranquilizantes), heroína o hachís hasta
cocaína.
El problema de las drogas en prisión no se limita a los
problemas que acarrea su consumo, existe un círculo vicioso que se autoalimenta
en las instituciones penitenciarias entre los propios consumidores y las mafias
que se forman para mantener el consumo y para la introducción de sustancias.
Parece que las prisiones son caldo de cultivo para el consumo
de drogas, sin embargo, las medidas para evitar que entren drogas en la cárcel
son insuficientes. En los controles de acceso a la prisión por donde entran
familiares y presos de permiso, las máquinas detectoras de estupefacientes se
activan sólo si hay sospechas. Además, estas máquinas no detectan si la droga
va dentro del cuerpo. Por otro lado, los jueces no dan permiso para utilizar
rayos-x porque esto afectaría a la salud de los internos. Algunas cárceles
disponen de módulos terapéuticos donde los presos se vigilan unos a otros para
no consumir, pero son pocos los que asisten a estos módulos ya que los
tratamientos son muy duros. Como resultado de la drogodependencia nos
encontramos con muchas enfermedades que se ven acentuadas por la falta de
higiene y de personal capacitado. La más común y preocupante es el SIDA. Sólo
en el año 2001 en las cárceles españolas 37 personas murieron a causa de esta
enfermedad.
Irene Ruescas Fernández
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