El 8% de la población penitenciaria
española es mujer, y de éste, un 85% son madres. El sistema penitenciario
español cuenta con las llamadas “Unidades de Madres”, módulos específicos en el
interior de las prisiones reservados para madres e hijos. El vínculo materno es
el factor más importante para el desarrollo emocional de un niño durante sus
primeros años de vida. El derecho a crecer junto a su madre es primordial.
Las reclusas embarazadas o con hijos
menores de tres años deben decidir si desean que vivan con ellas en la cárcel,
siempre que posean la patria potestad de ellos. Las presas sólo tienen que
solicitarlo a la dirección del centro, éste reclama la opinión del ministerio
fiscal y después de un reconocimiento médico, el niño se queda en la prisión
hasta que cumple tres años o hasta que la condena de su madre termina.
No todas las cárceles cuentan con
estas dependencias. Sólo 112 niños cumplen condena en lugares con módulos de
madres y, por tanto, una escuela infantil y técnicos especialistas de jardines
de infancia. Existen en España dentro de la red del Ministerio del Interior
ocho Escuelas Infantiles adscritas a los Centros Penitenciarios (Coruña,
Palencia, Valencia, Madrid-Soto, Madrid-Aranjuez, Sevilla y Granada )
Algunas mujeres eligen vivir en
algunas prisiones para estar cerca de sus familias, aunque el penal no posea
guardería; los módulos no estén adaptados para ser habitados por niños o su
hijo sea el único de toda la cárcel (lo que significa que pasará mucho tiempo
sin conocer a otro pequeño).
Irene Ruescas Fernández
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